Se acerca una fecha importante un año más de vida, un motivo por el cual los que más quiero y aprecio se acordaran del amigo que quizá nunca les fallo, o tal vez sí. Al fin y al cabo un amigo es un amigo no?
Pero, la pregunta del cumple será ¿Cuántos traerán la clásica torta? Otra vez tendré que soportar el dichoso cantico tradicional en ingles y castellano…
Hace poco leí algo realmente maravilloso, un artículo que hoy pongo frente a sus pantallas para que se maten de risa y se pregunten lo mismo que el pobre Beto Ortiz se anda interrogando, espero que les guste y se acuerden de mi cumple jajá…
ESA ESTÚPIDA CANCION ¡¡¡¡
Acabo de cumplir 38 años y no estoy dispuesto a tolerarlo más. Me veo en la obligación de preguntárselo al mundo de una vez por todas: ¿Hasta cuándo churchill me van a seguir cantando el pelotudo happy birthday? ¿Ah?, ¿hasta cuándo?, ¿hasta cuándo tendré que soportar ese sistemático, macabro, sadomasoquista ritual de humillación extrema? ¿No les parece mortificación suficiente el ir llenándose inexorablemente de pecas y de canas hasta en los lugares más inhóspitos y agrestes?
Por lo que Dios más quiera, tengan un poco de consideración con este inminente anciano. ¿Acaso no se han dado cuenta de lo absolutamente babosos que nos vemos todos -sin excepción- cuando lo cantamos? Si me dieran la alternativa, escogería un callejón oscuro, un cargamontón, un apanado de cumpleaños pero happy birthday... nooo, motherfuckers, nooo.
¿Hace falta que lo explique?, ¿a quién se le ocurre una celebración que consiste en avergonzar delante de todos al presunto agasajado? Nunca sé qué cara poner cada vez que la entusiasta de turno me vuelve a acorralar con la condenada tortita en ristre, mientras el fuego tembleque de las velas ilumina siniestramente las miradas ebrias, las risas torvas y las caras mofletudas.
Mientras los miro, mientras los oigo cantar -y, por regla general, desafinan horrible porque parecería que, en el fondo, esa es la idea- mientras los miro -decía- paralizado de pavor, me pregunto en silencio, sin dejar ni un solo instante de rezar a mi ángel de la guarda: ¿Qué indecible mal habré causado en esta vida y en las anteriores para ser ahora merecedor de este suplicio miserable? Pero sobre todo, mientras los oigo repetir hasta la náusea, happy birthday, happy birthday, me pregunto: ¿por qué cuernos me están cantando en inglés si aquí, en el Cerro San Cosme, lo que se habla es castellano?
Quizás la respuesta sea que la versión en español es más idiota todavía: Cumpleaños feliz, te deseamos a ti. A ver, machuquen pausa, aguanta ahí: ¿cómo que te deseamos a ti? Si es TE deseamos no es a mi, ni a él, ni a ella, ni a ellos, ni a nosotros, ni a vosotros, ¿verdad? Si TE deseamos, obviamente es a TI, estúpido. O sea, no es a mí a quien desean, qué raro, es a ti.
Bon appetit. Pero sigamos, chicos, sigamos canturreando esta bonita canción para retardados: ¡Cumpleaños felices, te deseamos a ti! ¿Felices? O sea, primero era cumpleaños feliz, ahora es cumpleaños felices. Denme tiempo, quiero entender, soy bruto, (pero de buen cuerpo) y quiero entender así que denme tiempo.
A ver: cumpleaños felices. O sea, ¿cuántos cumpleaños estamos celebrando acá?, ¿y si es uno solo, entonces significa que es un cumpleaño?, ¿quiénes están felices?, ¿los años, los cumpleaños, los dueños del santo, los invitados?, ¿cumpleaños es singular o plural? ¿Y el "que los cumplas felices" dónde me lo dejan? Ahora que lo pienso no es tan mala idea, yo tengo derecho a ser felices.
Cual si la agonía arriba descrita no fuera ya un brutal atropello a los derechos del hombre y del ciudadano, lo que viene después es aun más ruin. Cuando la infausta, interminable cantadita ñe-ñe-ñé ya parece aproximarse a su final, es menester, por supuesto, apagar las velas que, mal rayo nos parta, serán, claro, de aquellas que, una vez sopladas, se vuelven a encender, gracias al gentil auspicio del infalible chonguerito de rigor.
Es, por supuesto, faltaba más, el clímax, el momento culminante de la velada: hay que extinguir el pequeño incendio de un solo soplido con la clásica actitud canchera del chiquiviejo indomeñable. Antes de que lo hagas -es seguro- no faltará la pánfila que, alborozada, gozosa, beatífica, exclamará: «¡Un deseo, un deseo!» ni tampoco el huevas tristes que, como en todos los santos a los que lo llevaron vestido de taradito en su puta vida, graznará: «¡Sapo verde tuyú, apio verde tuyú!», para redondear la faena vociferando: «¡Ya no sopla, ya no sopla!», de modo tal que sus no pocos semejantes puedan, a su vez, reírse y aplaudirse a sí mismos mientras se ríen como es tan característico en ciertos primates criados en cautiverio.
Una vez que hayas logrado apagarlas todas con la mano, mojándote -expeditivo- los dedos con babas, serás aclamado, unánimemente y con gran estruendo. Te ovacionarán, cual si fueran los asalariados miembros de tu propia portátil. Serás vitoreado como si acabaras de meter un gol, o de lograr un triple mortal o de cerrar un gran discurso de campaña. ¿Y que has logrado? Un soplido. Tiene tanto sentido como aplaudir un pedo.
Y seguro que te tomarán cerros de fotos para recordarlo. Difícilmente voy a olvidar que, allá por el ochenta, cuando volver a tener elecciones presidenciales era una genuina novedad, se gestó, en el seno de mi familia, una aguerrida -y algo disparatada- célula belaundista que no titubeó en sacar provecho hasta del menor descuido para ejercer el proselitismo más desembozado.
En aquellos días -recuerdo- después de los happy birthdays se aplaudía siempre en forma de disciplinadas maquinitas: ¡ac-ción-po-pu-lar, ac-ción-po-pu-lar! Qué papelón, caballero. Apostaría a que ni entre los parientes de Martha Chávez se ha llegado nunca a esos extremos.
Pero no prendan las luces todavía que se van a perder el fin de fiesta que es igual de descerebrado: "¡Queremos que partan la torta!, ¡queremos que partan la torta!" (sírvanse cantar con la no menos zopenca tonadita de "Porque es un buen compañero"), "¡queremos que partan la tortaaaa... si no, no nos vamos de aquí!".
Me parece que hay que ser muy, pero muy muerto de hambre para irse a meter a casa ajena a exigir, en mancha, que se nos sirva de tragar a grito pelado y de ese modo tan ordinario, máxime tratándose de una ciudad distinguida como esta en la que las buenas costumbres nos han enseñado que el hecho de que haya una torta en el centro de la mesa no significa necesariamente que la vayan a partir.
No hay derecho a poner en compromiso a los anfitriones que la habrán adquirido con tanto sacrificio, calculando que les dure para la lonchera de los chicos de una semana, por lo menos. No hay derecho por más que creamos que es muy alegre y divertido el decírselos cantando mientras, matonescamente, dejamos en el aire la amenaza soterrada de tomar su vivienda y a ellos, de rehenes si no se cumple con nuestras abusivas exigencias.
Pero hay dos cosas más deprimentes aun que el clásico happy birthday de fiestecita: el happy birthday por teléfono y el happy birthday de restaurante. Piense por un instante en el pobre chico del cumplemenos, o para ser aun más criollitos: del santoyo.
Póngase en su lugar y pregúntese: ¿será realmente simpático llamarlo -de larga distancia- para cantarle al oído, por enésima vez, esta canción tan huevona considerando: 1) que ya se la sabe, 2) que está repodrido de escucharla y que, 3) encima, se la vas a cantar tú que ni siquiera cantas bien?, ¿será original?, ¿será entrañable?, ¿será placentero? Y, lo más importante: ¿será chistoso? Respóndase: ni cagando.
A un amigo nunca se le hace eso. Si amaneció muy cantarín o cantarina, vaya y cómprese el equipo de karaoke más pacharaco que encuentre en Hiraoka y arránquese con Puerto Montt a todo lo que da, pero deje tranquilo el teléfono, ¿estamos? No se canta por teléfono. Nunca. Y, bueno, ahora le toca al japi verde de restaurante. Acabáramos. Ese es el peor de todos y, como no podía ser de otra manera, este año, maldita sea, me tocó.
Llega un momento en la vida de las personas -vamos a ver si me dejo entender, amigo lector- llega un momento -digo- en que lo único que quieres en tu cumpleaños es olvidarte por completo de que cumples más años. No pides más. Fue en ese ánimo precisamente que decidí esta vez mandarme a mudar a Atlantic City sin sospechar ni por un instante de lo que se trataba: un pueblito paupérrimo de New Jersey infestado de casinos rococós de alfombras moradas, esculturas de dioses griegos en pan de oro y alamedas techadas con cielo artificial que parecen haber brotado del cerebro de Chibolín bajo los efectos del fármaco de diseño conocido como crystal-meth.
Los buenos amiguitos que -con la mejor de las intenciones- me llevaron ilusionados hasta este páramo de pesadilla en el que todo invita al suicidio, me invitaron, espléndidos ellos, a cenar a un restaurante más bien apacible que prometía permitirnos el sencillo privilegio de llevar tan monse fiesta en paz.
La cháchara y el vino fluían con placidez y casi estaba comenzando a pasarla bien cuando, de pronto, hizo su ingreso atronador la aterradora banda de las obesas celulíticas. No sé cuántas eran. Lo que sí sé es que nunca había visto tanto bofe junto y en movimiento.
No sé si serían las cocineras pero venían vestidas de porristas, y en cuestión de segundos armaron un estrépito infernal (iban armadas de matracas, soplapitos y tapas de olla). Obligaron a toda la clientela a ponerse de pie. Alegría, alegría. Y a ver, everybody con las palmas. La suerte estaba echada.
Algún traidor me había delatado y ahora venían, zangoloteando los mondongos, a por mí. La más flácida de todas se me abalanzó y ciñó, juguetona, en mi cabeza una cretina coronita de cartón. Apuesto a que no adivinan lo que se pusieron a cantar
Como estudiante de ciencias de la comunicación tuve un gran reto o tal vez mi primera gran experiencia que fue entrevistar al periodista Angel Paez, director de la unidad de investigación del diario La República.
Junto a mi grupo enrumbamos hacia el punto de encuentro, un poco nerviosos pero con las ansias de aprender de alguien que de hecho nos daría mucho por cultivar en esta carrera tan amplia y complicada, llegamos mucho antes de lo indicado esperamos y esperamos pero él nunca llego.
Tuvimos una segunda oportunidad, ya no con la misma actitud nuevamente regresamos y paso quizá lo mismo, que no estaba que si pero no tenía tiempo y lo que más “incomodo” fue cuando nos dijeron: SI DESEAN ESPERENLO, O SI NO SAQUEN CITA PARA OTRO DIA, ¿otro día? O es que simplemente no quiso atendernos, porque solo era cuestión de salir un momento y respondernos, entendemos la labor de un periodista dicen que tienen hora de entrada mas no de salida y todo lo demás pero no se pudo cumplir nuestro cometido, nos dio ganas de meternos a la fuerza por las escalera ya que habíamos escuchado que se encontraba en el tercer piso, fácil y lo hacía pero el mala gracia de recepción ya había marcado, solo nos quedo salir por la cochera con frio y sin nada en el estomago y sin ninguna nota que publicar o que presentar.
No por esta mala pasada nos vamos a rendir tendremos más retos, esto nos hace más fuertes y más persistentes para una nueva ocasión, mi grupo lo sabe y nos sentimos capaces de realizarlo.
Una desaparecida entrevista que le hizo el diario EL COMERCIO a MISTERIO en 1996 pudo llegar a mis manos, hoy quisiera compartir al verdadero Percy Ramón Rodríguez Marchand, tal y como es suelto de huesos y con la sinceridad que siempre lo diferencio.
-*¿Cómo era el personaje que habitaba entre cantos, bombos y banderas? Ésta es una conversación con Percy Rodríguez Marchand en 1996 y, sin hacer apología de la violencia, hemos querido mostrar el lado oculto del barrista. Tal vez a partir de sus propias palabras logremos entenderlo.*-
¿QUIÉN ES "MISTERIO"?
- ¿Cómo es tu familia?
Yo soy huérfano de padres desde que tenía diez meses de nacido y vivo con mis tíos. Yo he “chambeado” desde los 11 años. Y desde los 12 me compraba mi ropa y, como he vivido con mis tíos, no dejaba que ellos me compraran nada. Yo mismo era, solito me he parado. He tenido bastante maltrato por parte de mi familia. Cuando ellos me maltrataban tenía ganas de llorar, y después, estando solo, me decía: "Para qué vas a llorar si eso es lo que quieren, que sufras. Ríete en su cara". Me pegaban y yo me mataba de risa.
- ¿Y con tus primos?
En mi “jato” somos cinco primos y ellos son bien tranquilos. Nunca llevaban quejas a la “jato” y yo llevaba de seis a siete quejas diarias. Que le había roto la luna a uno, que le había pegado a otro, que lo había tirado a la acequia. A veces venía toda la mancha de mi barrio porque yo quería jugar fulbito y no me escogían, entonces les robaba la pelota y se iban a quejar y mi tía me pegaba delante de mis amigos.
- Me dijeron que quisiste ser futbolista.
Sí. Paraba con (Alfonso) Dulanto, ese es mi pata. Él era el más malo del barrio, pero el más sano. Cuando él se fue al Yurimaguas, yo bajé a la reserva de la “U”. Ahí jugué con Pereda, Cominges, pero ahí me detectaron el soplo al corazón y no pude hacer fútbol profesional. Antes era delgado, tenía físico, ahora no es lo mismo.
- ¿Tienes enamorada?
Sí, tengo mi “hembrita”, estoy hace siete años con ella, el mismo tiempo que tengo en la barra. Sus “viejos” no me quieren, una vez me corretearon a “plomazos”. Fui consentido un mes en su casa y su familia cree que ya no estamos.
- ¿Y ahora?
Mi ”jerma” me dijo: yo o la “U”. Pucha, Giovanna, yo te quiero mucho pero primero está la “U”, después la barra y de ahí estás tú. Terminé con ella por la “U”, sufrí mucho y la reconquisté hace poco. Le dije que iba a dejar de ir al estadio... pero no puedo.
- ¿Dirías que tu juventud ha sido complicada?
Sí, ha sido así, no me quejo. Siempre hice lo que quise y no he tenido que robar o ponerle una “punta” a nadie. La forma de hacer eso ha sido con mi labia, esa es mi arma. Con plata o sin plata siempre hago lo que quiero.
- ¿En dónde has trabajado?
Yo he trabajado en la Backus tres años. Dos años en la planta del Rímac y uno en Ate-Vitarte. He sido obrero de maquinarias en Ate. Yo soy mecánico de bancas, sé un montón de reparar las encajonadoras, embotelladoras, pasteurizadoras, las lavadoras. Era bien bacán porque ahí te “tiras tus chelas”.
- Si era bacán, ¿por qué dejaste la chamba?
Porque no me gusta que me manden. Ganaba buena plata pero no me gusta que me manden, me llega, soy bien rebelde.
- ¿Luego qué hiciste?
Empecé a vender cadenas de oro de catorce y a vender libros para toda edad. Después conocí una gente que se hacía unos pases de acciones en la bolsa y “computé” que en cinco, diez minutos, se ganaba tres “ferros” y me puse de “pasero” y me ganaba 500 soles.
TIEMPO ADICIONAL
- ¿Qué afición tienes?
Me gustan los conciertos, el pogo, soltarme. Antes era bien violento, me encontraba con mis patas en el barrio y decía: qué hacemos, vamos a buscar la bronca. Pasó el tiempo y me gustaron las mujeres, me mandaba y me decían: no, porque tú eres muy maleado, no puedo estar contigo. Ahora he cambiado, me olvidé de las broncas y me dedico al fútbol. Me gusta el pogo, pero un poco que me contradigo porque me gusta la soledad. Ir a caminar al mar, subir a un cerro y mirar la ciudad y gritar y pensar.
- ¿El rock?
Mayormente el rock en castellano, El Tri, por ejemplo. En baladas no hay como Air Supply. Y de los peruanos, Leuzemia; otros no me llaman la atención.
- ¿Lees?
Cuando no puedo dormir. Lo único que he leído es "La ciudad y los perros". Después me gustaría leer libros de cómo dominar masas, pero eso es medio “terruco”, mejor no. Lo que también me gusta es el ajedrez, le gano a todos ja, ja, ja. He sido campeón nacional interescolar.
- ¿Ves televisión?
Me gustan los documentales, la vida de los animales y cómo vive la gente de otras culturas. También veo “La revista dominical”, “Panorama” y las noticias. Pero lo que más me gustan son los documentales de fauna, flora, de insectos, la selva; todo eso me encanta mucho.
- ¿Películas?
La última que me ha rayado es la Mel Gibson, "Corazón Valiente", esa me gustó. Otra "Fuego contra fuego", alucinante. Pasión y sentimiento.
LA BARRA
- Ser presidente de la Barra es como una “chamba” ...
Es una “nota” que te quita todo el tiempo que tienes. No puedes trabajar en una entidad porque tienes que estar en un lado, en otro. Pero lo más importante de esto es que yo me relaciono con gente, empresarios, gerentes y cuando ya quiera casarme, tener mis hijos, creo que algo va haber para mí. Pero para eso, para tener buena reputación, tengo que borrar esa mala imagen de la Trinchera, evitar que roben, que hagan vandalismo por las puras.
- ¿Por qué la “U”?
Esa “nota” nace, loco. Yo había visto como cinco partidos de Cristal, pero me bastó ver una vez a la “U” para hacerme hincha, al toque, no lo pensé dos veces y me hice hincha. La ”U” tiene otro “feeling'” otro rollo, otro sentimiento distinto al de los otros clubes.
- ¿Cuál es el primer recuerdo qué tienes de la “U”?
Cuando le empatamos a los cag... al último minuto dos a dos, gol de Rey Muñoz. Fue en octubre, porque me acuerdo que yo preguntaba por qué jugaban de morado si el Alianza era azul con blanco. Hasta que un pata me dijo que Alianza así jugaba en ese mes. Eso habrá sido el 83.
- ¿Por qué crees que te pegaste tanto?
Por la hinchada, que es la mayoría. Como te digo, es otra clase de gente, otro pensar, otro sentir, otra sociedad. Además, el juego de la “U” era bien bacán cuando estaba Germán Leguía, Drago, Chávez Riva.
- Ser de la 'U' te debe haber costado más de una pelea...
Una vez estaba con mi “jerma”, recién la estaba “computando”. Ella me decía: “Ojalá cambies”. Yo siempre he sido bien fosforito, tenía una reputación de pandillero, de “drogo”, pero con ella era otro. Hasta que un día un pata me gritó “gallina”. Yo me asé pero traté de ignorarlo. Mi “jerma” me dijo: “Percy, te han dicho gallina”. “Yo no quería escuchar, pero tú me lo has dicho”, le dije. Me fui y el otro era grandazo, estaba que me “chancaba” y le metí una piedra en la frente y lo dejé tirado. Mi “jerma” se fue corriendo, asustada. Después me dio otra oportunidad y ... la volví vándala también, ja, ja, ja, ja. Ya me comprende.
- ¿Por qué LOLO es tan importante para ustedes?
Es la expresión máxima de la Trinchera Norte. Cuando estuvo vivo se formó la barra. LOLO nunca quiso dejar a la “U”. Se sacaba la mugre en los clásicos, apoyaba a sus compañeros de equipo, fue un capitán excepcional. Por más que le dieron un cheque en blanco nunca se quiso ir. LOLO dio todo por la “U”. Nosotros, desde la tribuna, tratamos de hacer lo mismo.
- ¿Cuándo surge el término Trinchera Norte?
Primero se llamaba Barra Norte, después se puso Barra Dale “U” Norte, pero era casi lo mismo. Era 1993 y cada uno tenía su nombre. Me acuerdo que yo dije: “Estruendo Norte” y Payet soltó el “Luminoso Norte”, aunque después lo cambió por “Trinchera Luminosa”. La gente lo miró y le dijo que no, que sonaba a “terruco”, que mejor fuera Trinchera Norte. Y sí quedó.
La realidad supera a la ficción. Percy Rodríguez Marchand “Misterio”, fue un chico altamente controvertido que, por sobre todas las cosas tuvo un gran corazón. Gran corazón, en los dos sentidos de la expresión: coraje y generosidad.
Cuando Percy tiró del gatillo la mañana del sábado 7 de junio de 1997, no era él sino “Misterio”. Era la bestia que todos llevamos dentro y que dejamos salir cuando alcanzamos un haz de potencia en medio de una existencia plagada de trampas, ausencias y necesidades. Sobre todo necesidades. Porque algo peor que ser pobre es ser pobre y huérfano de nacimiento, haber sido abandonado por un padre desconocido y vivir arrimado en casa ajena. Encima no poder pelotear sin sentir soplos en el corazón. Ver morir baleado al amigo. Es decir, llevar la bronca adentro.
Su relato determinó en él no sólo el carácter irascible que le dio celebridad en la calle, si no, sobre todo, la dadivosidad y el desprendimiento con que lo recuerdan en la barra. El modo en que daba de comer y chupar a los compañeros de ruta. La víscera con que paró la vida.
¿Por qué gatilló? Para irse riendo. Por sus propios medios y resistiendo eternamente. Si hay un mensaje, es ese, el que los hijos de vecino recordaremos siempre.
11 de junio del 2010, el planeta se paralizó para dar inicio a la máxima fiesta del fútbol, al deporte rey al que une a todas las culturas, razas y clases sociales para fijarnos en un solo centro, África.
El ritmo y el sabor de una cultura ancestral encendieron la ceremonia de inauguración con ese amarillo profundo que identifica a Sudáfrica. No se observo una escena millonaria como los juegos Olímpicos de Pekín 2008, pero este pueblo nos demostró que con sencillez, luz y fantasía se puede unir al mundo del fútbol.
La fiesta del futbol empezó al compas de los “Bufana, Bufana”, quienes hicieron sufrir a los mexicanos, que obsequiaron un primer tiempo de lujo aunque manchado por su falta de gol. La tricolor sufrió para empatar 1-1 ante Sudáfrica en el partido inaugural de la copa del mundo 2010.
Uruguay y Francia firmaron un empate en el segundo partido del mundial, que deja a los equipos del Grupo A como al principio, las acciones no pintaron para lo que se esperaba y nuevamente la garra charrúa salió a flote y aseguro un punto que en el papel vale oro.
Por el Grupo B la selección asiática Corea del Sur se convirtió en la primera en obtener una victoria en el mundial al vencer sin apuros a una deslucida Grecia por 2-0 sumando sus primeros 3 puntos, Lee Jung-Soo y Ji-sung Park fueron los verdugos.
Y en el partido de fondo, Argentina se impuso por la mínima diferencia ante Nigeria, Maradona un show aparte sufrió más de la cuenta para poder cantar victoria, un gol solitario de Gabriel Heinze fue suficiente para que toda una nación como la gaucha gritara a rabiar.
EE.UU e Inglaterra se repartieron los puntos luego de producirse el primer bloopler de la copa ante un disparo de Dempsey , el portero Green no supo controlar y es así que luego de algunas especulaciones hasta podría perder el puesto.
Y Alemania rompió todo esquema y vapuleo a una Australia desdibujada que cayó en sus propios errores un 4-0 que nos dice que los teutones no extrañan a Ballack y que son firmes candidatos al título.
La fiesta continúa, tenemos casi todo un mes para seguir de cerca este verdadero carnaval, aun falta ver a Brasil, Portugal, España, Italia y muchos más…
Pasaban las seis de la tarde y no era un día cualquiera, Huánuco estaba de fiesta se celebraba un aniversario más…en el calor de su hogar se encontraba Nancy, una hermosa y amorosa madre, orgullosa de sus dos únicos amores, sus hijos.
La pequeña Thalía coqueta y juguetona, era la más engreída y también la más ansiosa por salir, el motivo era enorme y tal vez doble, el tiempo corría y una vez más su hermosa ciudad habría sus brazos para recibir a todos los pobladores y turistas a su gran celebración.
Nancy por su parte seguía en casa, el calor agobiaba y al parecer ella presentía algo un pequeño dolor en su pecho le decía que algo pasaría que alguien de los suyos podría estar en peligro en esos instantes un pequeño movimiento se sintió.
En plena fiesta, en el medio de la plaza mayor seguía Thalía acompañada por sus amigas y por alguien especial, ese alguien que le miraba fijamente, le cogía las manos y le hablaba con la mayor sinceridad del mundo, durante ese mágico momento paso algo inesperado, una llamada de preocupación hizo que Thalía congelara esos minutos de ilusión y felicidad, se escuchaba la voz de su madre con cierta intranquilidad, ella no lo dudo dos veces y tomo el camino que la llevaría a su morada.
Mientras caminaba con esa prisa que la distinguía se puso a pensar en lo que su mamá
a pocas voces le alcanzo a decir, Nancy se había enterado que había ocurrido un sismo de gran magnitud, todo hacía indicar que el siniestro había asechado la capital.
En pleno camino Thalía se preocupo mucho mas, miraba los rostros de preocupación en la gente algunos corrían y otros lloraban al parecer todo era cierto lima había sido centro de un terremoto.
Cuando llego su madre la abrazo, la pesadumbre se hacía mucho más intensa ya que
Sergio, el hermano mayor se encontraba en nuestra capital, las noticias que llegaban decían que el mar se había salido y lo peor de todo era que no se podían comunicar las redes estaban sobrecargadas, las llamadas no entraban ni salían.
Ante la desesperación se sumaron más problemas, en el mismo barrio un hombre había sufrido un infarto, otra errónea noticia informaba que el callao estaba bajo escombros, Huánuco estaba alejada de la realidad, solo se escuchaban especulaciones nadie imaginaba que el verdadero desastre estaba a varios kilómetros al sur de nuestra ciudad, Ica era un infierno.
Pasaban los minutos y Sergio no se comunicaba, su madre ya hacia las maletas para viajar y averiguar sobre su hijo, Thalía a un lado no sabía qué hacer, su rostro mostraba tristeza e impotencia sus ojos estaban inundadas en su mente pasaban las imágenes y los mejores recuerdos que pasaron juntos hasta que el bendito teléfono sonó.
Todos corrieron hacia él, todos creían que era “checho”, así le decían de cariño, y en efecto el hijo mayor había podido por fin comunicarse con los suyos, les conto que estaba bien y que el desastre no fue en la capital sino en Ica, Nancy se mostro feliz por su hijo pero a la vez triste por lo ocurrido con los demás compatriotas.
Sergio regreso a Huánuco al día siguiente, se reencontró con toda su familia un abrazo amoroso se vio cuando se junto con su madre y hermana, el agradeció a Dios y a todos los que se preocuparon por él, felizmente todo no paso de un susto, que duro horas pero que significo una infinidad.
Según el diario NEW YORK POST el holandés Joran van der Sloot , recibió 25 mil dólares del FBI, que intentaba tenderle una trampa para detenerlo por extorsión, y con ese dinero se financió el viaje a Lima.
En la declaración del culpable confirmo lo dicho por la prensa norteamericana, el recibió diez mil dólares en efectivo y quince mil fueron transferidos a su cuenta bancaria a cambio de dar información sobre el cuerpo de la también desaparecida Natalee Holloway.
El viernes 11 de junio el asesino paso al penal de máxima seguridad “castro castro”, el será procesado por los delitos de homicidio calificado y contra el patrimonio, en la modalidad de hurto simple, cuya pena máxima es de 35 años, algo que ha causado una nueva polémica ya que según expertos debió ser procesado por robo agravado ya que en el primer caso es cuando una persona se apropia del bien de otra sin que esta se dé cuenta y sin causarle daño, algo que no ocurrió.
Todos piden cadena perpetua para este homicida, ojala se rectifiquen y sea procesado como se debe el país clama JUSTICIA.
En el 2003 durante el gobierno de Alejandro Toledo se dio el decreto Legislativo 927, que permitía que los condenados por terrorismo accedieran a la redención de pena por trabajo y educación, y la liberación condicional si habían cumplido las tres cuartas partes de su condena.
Hoy en el 2010 estamos ante un problema que ha causado mucha polémica en el gobierno y también en la población, después de 7 años de dictado dicho decreto salió en libertad la TERRORISTA LORI BERENSON.
Indignado se mostro un país por el favor que le dio Alejandro Toledo al firmar ese documento, fue en su gobierno que se dio y a pesar de todo no hay pronunciación alguna del ex mandatario.
Y lo que causa mayor preocupación es lo dicho por nuestro presidente, que este caso NO ES DE IMPORTANCIA NI PARA EL NI PARA SU GOBIERNO, claro como en su primer gobierno fue donde más apogeo tuvo el terrorismo y nunca le importo ahora no hay por qué sorprenderse.
Se sabe que se siguió el proceso y es por eso que según ley BERENSON salió en libertad condicional y se tiene que respetar pero, así como nuestro mandatario le hizo la “bajada” a Enrique Crouzillat firmando ese “papelito” para que se dé la gran vida, ahora también puede firmar para expulsar a esa TERRORISTA de nuestro país.